Confieso
Te digo que pienso más de lo que callo
y si guardo mis palabras
será porque caen en un abismo
por temor que las tuyas me contradigan;
y me sumerjo en duda
cuando en mi mente recreo
los escasos testamentos que has firmado
en mi memoria cuando nuestras vidas,
nuestros caminos se han tropezado de frente,
o simplemente se han mirado de reojo.
Qué pintura tan exacta
existe en el lienzo de mi memoria
cuando sin darte cuenta
a destiempo mis ojos te conocieron,
y cómo agradece mi corazón
cuando recuerdo el color de tus ojos,
y tiñes mi cielo del color de tu cielo.
Pero te confieso
que no sé como atravesar
este abismo que nos separa,
y con qué dificultad me encuentro
cuando busco componer una excusa
sólo para llegar hasta vos,
y renovar este paisaje que llevo dentro
y sea tu aroma un bello idilio
que recite mi boca cuando desee un beso.
Y... si este paisaje no se renueva,
y continúo cayendo en este abismo que nos separa,
perderán su lugar las estrellas en la noche,
y el día que muera, no habrá sido la primera vez.
Qué haré con las miradas que robe a las rosas?
O dónde fallecerán mis suspiros?
Qué haré cuando me sienta sólo y no estés?
Confieso que agotadas mis caricias
volverán de vuelta a mí sin ninguna guerra ganada;
confieso que callo más de lo que pienso,
y si por llegar a vos, muera en este abismo
que te tiene de horizonte,
moriré las veces que pueda morir
por intentar dejar de ser un hecho aislado en tu vida,
y me atragantaré con mis palabras,
y enloqueceré con mis pensamientos...
Felipe Carvajal / 30-01-2011